jueves, 19 de noviembre de 2015

Por qué debería tomar agua

¿Adelgaza?, ¿hidrata igual?, ¿ralentiza la digestión?, ¿hace daño a la garganta? Ventajas y desventajas de beber del frigorífico.

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Aquí donde está siendo escrito este artículo, la máquina expendedora de bebidas ofrece botellines de agua a bajísima temperatura. Probablemente a usted le ocurre igual en su trabajo, en la estación o en el cine, y quizá le asalten las mismas dudas: ¿me hará daño si la bebo tan fría?, ¿no será mejor esperar a que se atempere? La respuesta de los expertos, que coinciden en dos ideas principales, es que no debe preocuparse: en condiciones normales, y de forma general, no hay nada que contraindique el consumo de agua fría, así que puede tener una botella refrigerada en cualquier época del año o echar mano del dispensador de cubitos de su frigorífico cuando le apetezca. Y la segunda idea: lo realmente importante es que beba –ya sea agua tibia o casi helada, mineral o del grifo– para que su hidratación sea correcta.

La OMS recuerda que somos un 60% de agua y que debemos mantener ese nivel consumiendo, en función de la edad y el sexo, hasta tres litros al día, de los cuales el 80% debe provenir directamente de la ingesta líquida y el resto, de los alimentos. “La hidratación es mucho más compleja de lo que parece”, asevera Jesús Román, experto en nutrición y secretario del Comité Científico del Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS). Según esta entidad, las funciones del agua son unas cuantas: “Transporta nutrientes y otras sustancias en el organismo, a la vez que proporciona soporte para toda la actividad celular. Es vehículo para excretar sustancias de desecho, favorece la digestión, previene el estreñimiento, mantiene el buen funcionamiento de los riñones y elimina toxinas a través de la sudoración”. (Sigue leyendo)

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